Latacunga, ciudad hermosa y hospitalaria llena de pasajes históricos que cuentan míticas leyendas y tradiciones propias de la crónica cotopaxence, nos permite adentrarnos en aquel mundo mágico donde los nombres y los años conjugan la historia de los distintos acontecimientos que han marcado la memoria colectiva de nuestra tierra.
Uno de aquellos testigos mudos es el Volcán Cotopaxi, aquel gigantesco coloso de 5.897 metros sobre el nivel del mar considerado como el segundo volcán más alto de nuestro país después del Volcán Chimborazo (inactivo), la presencia de nuestro guardián eterno ha permanecido en memoria de varias generaciones de latacungueños, aquellos hijos de esta tierra que aprendieron a sobre llevar la ira de nuestro coloso pero que así mismo la olvidaron dejándola en el pasado y como consecuencia sufrieron los graves daños de la erupción de 1877.
Las erupción del Cotopaxi de 1877 fue llevada a las páginas por Luis Sodiro religioso y botánico italiano y el científico alemán Teodoro Wolf Baur, quienes de manera detallada escribieron acerca de aquel día cuando la ciudad de Latacunga retumbo ante la prominente bajada de los lahares, termino aún desconocido para la época razón por la cual se la describe como una masa lodosa. Aquella trágica memoria que aún en nuestros días podemos visualizarla a la entrada norte de nuestra ciudad en las ruinas de la antigua Fábrica Textilera "San Gabriel" nos permite conocer la magnitud que tuvo aquel trágico 26 de Junio de 1877.
La ciencia a evolucionado de manera gigantesca con la creación de modernos aparatos que permiten conocer la actividad del Volcán Cotopaxi interna y externamente que según medios escritos de la prensa ecuatoriana clasifican a nuestro volcán como el segundo volcán activo más monitoreado de nuestro país, gracias aquel aporte y de los boletines que emite el Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional conocemos detalles de la actividad diaria del Cotopaxi. Así mismo las capacitaciones y simulacros como el último efectuado el pasado 18 de Noviembre del año en curso permiten a nuestra ciudadanía estar prevenidos ante una eventual erupción, pero también ha permitido que nuestra ciudadanía regrese a esta ciudad que se encontraba en constante migración a otros sectores de nuestra provincia considerados como zonas de seguridad.
Pero como una ciudad altiva y soberana, sabremos afrontar las eventualidades que se presenten de nuestro gigantesco Cotopaxi que después de su largo sueño ha despertado pero de manera paciente y calmada permitiendo así admirar su belleza a pesar de que esta represente un peligro no por el momento pero que no deja de ser uno de los paisajes más hermosos de nuestra provincia. Los latacungueños debemos apoyarnos unos a otros para juntos salir adelante ante la eventual crisis económica que se ha presentado debido a la actividad de nuestro volcán, que poco a poco se esta recuperando y que pronto estaremos nuevamente en la cima comercial de nuestro productos andinos.
Redacción: TRIBUNO EXTRA COTOPAXI
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