martes, 12 de diciembre de 2017

OPÚSCULO A LA MEMORIA DE MONSEÑOR CLAUDIO GUERRERO VINUEZA

martes, 12 de diciembre de 2017


Foto: Archivo León Cajiao 

Por: Alonso X. León Cajiao

La historia de nuestra ciudad esta inmolada de nombres de acreditados ciudadanos que forjaron paulatinamente el desarrollo de varios sectores de nuestra comarca. Recordar es volver a vivir, pronuncia el vulgo, pero aquellos recuerdos viven latentes en la memoria colectiva de los pueblos y de su gente, aquello sucede en el Barrio San Sebastián de la parroquia urbana Juan Montalvo de Latacunga, en este sitio es de grata recordación el nombre de un sacerdote que a través de su gestión, constancia y principalmente aprecio a sus feligreses permitió el desarrollo de varias obras que hoy en día son parte de su legado al cumplirse el tercer aniversario del fallecimiento de Monseñor Claudio Guerrero Vinueza.

Monseñor Claudio Guerrero Vinueza nació en la parroquia Amaguaña (Pichincha) el 7 de octubre de 1929, en el hogar de don Ulpiano Guerrero Peñafiel y Delia Guerrero Páez, fue bautizado bajo los nombres de Claudio Eliseo. Sus primeras enseñanzas las recibió en su ciudad natal de manos de prestigiosos maestros de la época, posteriormente se traslada a la ciudad de Quito para continuar sus estudios en el Seminario Menor San Luis y Seminario Mayor San José, destacó como un alumno prodigio prueba de ellos son las calificaciones registradas en los documentos del mencionado seminario, compartiendo aulas con prestigiosos profesores extranjeros como los religiosos Eugenio Masset y Joaquín Masjuán. Recibió la ordenación sacerdotal en 1957 de manos del entonces Arzobispo de Quito Monseñor Carlos María de la Torre Nieto, el mismo que viera en el joven sacerdote su inquebrantable voto de servicio y amor al prójimo, lo designó para ejercer su ministerio sacerdotal en la Iglesia de San Blas en su calidad de Coadjutor.

Foto: Archivo León Cajiao
Posteriormente otras jurisdicciones de la Arquidiócesis de Quito dieron cabida al joven sacerdote que desde aquella época ya se perfilaba como un ser íntegro en la misión de predicar la palabra de Dios, pero ante todo, en desarrollar la labor social con los más necesitados, acciones que fueron ovacionadas por muchos de sus allegados y amigos que dejó en cada uno de los sitios en los cuales ejerció el ministerio sacerdotal. En diciembre de 1963 se crea la Diócesis de Latacunga con su primer obispo el religioso riobambeño Monseñor Benigno Chiriboga y Chiriboga, en aquel mismo año Monseñor Claudio Guerrero fue designado párroco de Joseguango, parroquia en la cual realizó obras sociales pero también obras de carácter público demostrando y fomentado siempre los valores de la cooperación, de ahí que fuera mentalizador y fundador del Club Deportivo “Cuatro de Agosto” de la misma parroquia, además de haber declarado como patrona del sitio a Santa Mariana de Jesús.

Foto: Archivo León Cajiao
Posteriormente a finales de los años sesenta fue designado como párroco de Salcedo, en la cual uno de los acontecimientos más recordados fue la visita del Primer Mandatario Dr. José María Velasco Ibarra, a quien acompañó en su recorrido por las diferente calles de la urbe, prueba de este importante acto, el autor de estas líneas guarda imágenes de aquella ocasión en su archivo. Otra de las parroquias en las cuales ejerció como primer Párroco fue Santa Marianita de Jesús, cuyo decreto de creación fue firmado en 1974, mismo año en el cual fue designado por decreto eclesiástico de Monseñor José Mario Ruiz Navas como Párroco de San Sebastián.

En esta última parroquia desempeñó el sacerdocio por el espacio de 40 años, en los cuales su enérgico carácter y sabia oratoria lo llevaron a ser denominado por sus feligreses como el “Líder del Barrio”. Entre las variadas obras que efectivizó en aquella próspera comarca, está la construcción del Coliseo del Barrio, gestor de la Funeraria Barrial, también en su calidad de Párroco cumplió funciones en la Federación de Barrios de Latacunga, en la administración del recordado caballero Luis Villarroel C. Otra de las facetas más sobresalientes de su tesonera personalidad fue su inquietud cultural lo que lo llevó a formar parte del Concejo Editorial de la Revista Barrial “Shayrucu”, fue un amplio colaborador y organizador de las festividades de su barrio a cuyos moradores siempre llamó mis queridos “shayrucos”, a quienes entregó todo de su contingente espiritual y físico, con quienes compartió alegrías y también tristezas, a quienes lo acogieron como un hijo más del aquel barrio, falleció convertido en su máximo exponente y protector. En 1983 fue designado como Prelado de Honor por gestión realizada ante el Vaticano por Monseñor José Mario Ruiz Navas, en una ceremonia especial efectuada en la Catedral de Latacunga en la cual se designaron con la misma distinción a otros prestigiosos sacerdotes de la época, entre ellos su cercano amigo Félix B. Morales R. Para el año 2013 le fue conferida una placa durante la celebración de  los cincuenta años de creación de la Diócesis de Latacunga, así como una cooperativa de transportes lleva su nombre.  

Foto: Archivo León Cajiao
   Al final de su días su salud fue aquejada por el paso de los años, razón por la cual Monseñor Victoriano Naranjo Obispo de Latacunga, designó como su sucesor y nuevo párroco de San Sebastián al Padre Edmundo Viteri Moscoso recientemente fallecido; la inexorable parca lo llevó de retorno al seno del creador el viernes 11 de diciembre del 2015, rodeado por familiares, amigos y principalmente por los moradores del barrio a quien siempre defendió y veló por lo intereses colectivos. Su cuerpo inerte fue colocado en el altar mayor de la Iglesia Parroquial de San Sebastián, la misma que fue restaurada e inaugurada en enero del 2012, desde cuyo púlpito expresó las más fervientes reflexiones y sermones hacia sus feligreses, para quienes siempre guardo especial cariño y consideración. Sus exequias se llevaron a cabo en la Iglesia Catedral de Latacunga, en donde una iglesia repleta lo despidió en medio de aplausos y gritos “Viva Monseñor Claudio Guerrero” fueron las frases que se escuchaban resonar en el interior del templo católico, finalmente sus restos fueron depositados en las catacumbas de la Iglesia Catedral donde reposa junto a la memoria perenne de otros sabios religiosos, que dedicaron su vida al servicio pastoral.

En la actualidad su recuerdo sigue presente en la memoria de los moradores del Barrio San Sebastián, como símbolo de respeto, admiración y homenaje a uno de sus hijos más ilustres, al ser humano que siempre lo dejó  todo por su pueblo, pero en especial su legado más importante es la humildad y sencillez que lo caracterizó siempre.    

Bibliografía:
  • Archivo privado del autor
  • “Claudio Guerrero, un visión a través de su vida” (inédito)
  • Archivos privados y documentos en poder del autor. 

2 comentarios :

  1. Como familia Guerrero, nuestra gratitud con este homenaje escrito. Cómo sobrino, hermano de mi madre, nuestro orgullo.

    Marcelo Mata Guerrero

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  2. Su legado siempre será nuestro orgullo. Con cariño le recordamos "Padre Claudito". Gracias por este homenaje.

    Jeaneth Guerrero Vallejo

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