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En la gráfica se aprecia a una pareja de indígenas en el Cementerio General de Latacunga, fotografía captada en 1971 por el fotógrafo Gotty Ritter.
Foto cortesía: Santiago Duque Arias |
Cultura.- En el mes de noviembre los ecuatorianos celebran una de las tradiciones festivas del momento, como es el Día de los Difuntos; cada dos de Noviembre los camposantos de todo el país son aglomerados con la visita de familiares a las tumbas de sus seres queridos, portando consigo arreglos florales y realizando oraciones por el descanso del espíritu del familiar que ha trascendido al más allá.
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Foto: A. L. - El Cotopaxense |
¿EL ORIGEN DEL DÍA DE LOS DIFUNTOS?
Conforme señala el calendario católico esta fecha se celebra el Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos; se afirma que esta festividad se viene realizando desde tiempos prehispánicos principalmente en México, algunas comunidades de Estados Unidos y en América Latina. Los mesoamericanos sostenían que la suerte del espíritu del fallecido estaba relacionado con la forma de muerte y el tipo de vida que llevó.
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Foto: A. L. - El Cotopaxense |
LA CELEBRACIÓN EN ECUADOR
La tradición de recordar el Día de los Difuntos cada 2 de noviembre es particularmente una festividad influenciada por tradiciones de corte español e indígena. El arreglo de las tumbas, es uno de las acciones más cotidianas que suelen verse en el país, aquí todos los años se puede observar a personas que realizan trabajos como: pintar y volver a escribir el nombre del difunto con un costo oscilado entre los $2 y $3 dólares, de la misma manera por el camposanto deambulan niños y jóvenes llevando consigo una escalera que es suministrada al portador para que este pueda subir y dejar su ofrenda floral en los nichos ubicados en las secciones más altas, este servicio tiene un costo de $25 y $50 centavos.
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Foto: A. L. - El Cotopaxense |
Otro de los aspectos tradicionales de esta celebración son los llamados responsos, que son oraciones que se realizan en su gran mayoría en el idioma Kichwa para el descanso eterno del difunto, muchos de quienes realizan este trabajo espiritual son compensados por los familiares del fallecido con la entrega de granos (maíz, morocho) u otro alimento que esté consigo al momento, otro prefieren cobrar su remuneración en efectivo. En los camposantos de algunos sectores indígenas todavía se pueden observar ofrendas de comida, especialmente con platillos que eran del agrado del difunto, se puede encontrar desde la tradicional colada morada hasta cuy y conejo asados, en muchos de los casos los familiares improvisan una mesa al costado de la tumba para proceder a degustar de un almuerzo en compañía de sus seres queridos.
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Foto: A. L. - El Cotopaxense |
Conforme la tradición de algunos pueblos existía la costumbre de bañar el cadáver durante los días que dure la velación, posteriormente éste era llevado al cementerio de la parroquia para ser sepultado, sin antes acompañar al difunto con alimentos y en ocasiones con herramientas de trabajo, bajo la creencia de que en la otra vida también deberían desempeñar las ocupaciones que tuvo, pero aquellas tradiciones han desparecido de apoco.
MÉXICO CELEBRACIÓN DEL DÍA DE MUERTOS.
México es uno de los países por excelencia que realiza la celebración del Día de los Difuntos con la realización de varios eventos culturales y gastronómicos. La historia afirma que los orígenes de esta celebración tienen sus comienzos en México, especialmente en las culturas indígenas como la Azteca, Maya, Purepechas, Nahuas y Totonecas; quienes realizaban rituales para sus difuntos como símbolo de tributo a la muerte y el renacimiento. En el siglo XV con la llegada de los españoles al Continente Americano, estas celebraciones paganas les parecieron a los colonos españoles como prácticas de terror; razón por la que comenzaron la conversión al catolicismo de los nativos mexicas, por tal motivo las fechas coinciden con el calendario histórico cristiano.
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Foto Referencial |
Pero los españoles también llegaron con sus tradiciones, las mismas que con el pasar del tiempo se fueron mezclando con las tradiciones nativas. En varias ciudades de México se realizan pequeños altares adornados con flores y frutas en cuyo centro se ubica la foto del difunto, además de colocarse un vaso con agua, ya que existe la creencia de que las almas de los difuntos realizan un viaje extenso desde su sitio de descanso celestial al mundo de los vivos; existen referencias de que las ofrendas dejadas en los cementerios locales al poco tiempo toman una contextura seca y su sabor desaparece, esto respalda la tradición que las ánimas tienen un permiso especial solo el dos de noviembre para retornar al mundo de los vivos y regresar posteriormente a su sitio de descanso, basado en las creencias indígenas.
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José Guadalupe Posada junto a su obra "La Catrina" personaje popular en la celebración de Muertos en México
Foto: Pinterest |
La velación del altar es de vital importancia, ya que para cada difunto es un tipo de veladora distinta que servirá como guía para la transición a la luz, es decir, para su ingreso en el paraíso. Uno de los sitios más frecuentes en México es la Isla de Janitzio en el lago de Pátzcuaro (Estado de Michoacán), en dicho lugar el 1 de noviembre de cada año se realiza una procesión con velas y antorchas acompañada de cánticos para dar la bienvenida a las ánimas que ese día visitaran a sus seres queridos que moran en el mundo de los vivos; sus estrechas calles son adornadas con llamativos accesorios propios del día de los difuntos, especialmente con representaciones de la "Catrina" o
Calavera Garbancera que es la representación de la Dama de la Muerte obra del caricaturista José Guadalupe Posada, y que fuera bautizada con dicho nombre por el muralista Diego Rivera.
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Calaveritas de Azúcar y pan de muertos tradicionales alimentos en la celebración del Día de Muertos en la República Mexicana.
Foto: Pinterest
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En el plano literario también se realizan las denominadas CALAVERAS LITERARIAS populares en estas celebraciones, este género literario apareció en el siglo XIX y eran conocidos también como "panteones", aparecieron como un epitafio burlesco que buscaba poder transmitir episodios que eran muy difíciles de tratar en la época, haciendo gala del buen humor; generalmente van acompañadas con dibujos de la Catrina.
Redacción: Alonso León C. - El Cotopaxense EC.